Para garantizar la entrega temprana de valor al cliente y el correcto flujo del trabajo en el desarrollo de software, controlar el WIP resulta fundamental.
El control del trabajo en curso o WIP (acrónimo del inglés “work in progress”) resulta muy útil en todo desarrollo de software, ya sea en equipo o individual. Es importante para mantener el flujo de trabajo y evitar cuellos de botella que retrasen los tiempos de entrega.
El WIP, un concepto que surge de la metodología Kanban, indica la cantidad de ítems que se atienden al mismo tiempo, en forma concurrente. Dicho de otra manera, se trata del número de tareas que se tiene abiertas en simultáneo.
La realidad indica que cuando se reduce el WIP, se acelera el flujo a lo largo del proceso de desarrollo y se reduce el tiempo de espera en cada uno de sus puntos.
Limitar el WIP supone no dejar en estado de bloqueo o pendiente gran cantidad de trabajo que provoca "desperdicio" de tiempo y genera cuellos de botella. También ayuda a focalizar los esfuerzos para avanzar, dando espacio a conversaciones sobre cómo afrontar el trabajo.
Lo antes dicho se demuestra con la siguiente ecuación:
¿Como es posible bajar el tiempo de entrega? Reduciendo el WIP
Ahora bien, ¿cómo saber cuál es el valor más adecuado para nuestro WIP? No hay una fórmula predeterminada para configurar los límites óptimos del trabajo en proceso, pero sí algunas consideraciones que pueden ayudar:
Lo recomendado es iniciar con un WIP bajo y luego ir ajustando ese valor en función a la experiencia ganada en el tiempo trabajado.
Por otra parte, es importante monitorizar constantemente el flujo de trabajo, para ser capaces de regular y controlar los límites WIP en función de los factores cambiantes como, por ejemplo, los nuevos requisitos comerciales, las demandas de los clientes, el tamaño y la capacidad del equipo, problemas técnicos inesperados, etc.
Si bien las ventajas de este método son muchas, añadimos aquí las que nos resultan más relevantes en la práctica.
La disminución de WIP permite que la entrega de valor llegue mucho antes al cliente. Esto aporta dos beneficios:
Además, reducir el WIP permite ganar en eficiencia: no entran nuevas tareas hasta que exista capacidad para abordarlas, lo cual implica que el equipo entero deberá colaborar en solucionar los cuellos de botella o circunstancias que afectan a la producción.
Como concusión, dejemos muy en claro que limitar el WIP no significa trabajar menos, sino limitar el número de tareas que se hacen en paralelo (hacer menos trabajo al mismo tiempo), focalizar nuestros esfuerzos para mejorar en el flujo.
Una premisa o línea de acción que podemos seguir en este sentido es la siguiente: dejemos de empezar nuevas tareas y empecemos a terminar las que ya tenemos.
Déjenos su solicitud, uno de nuestros comerciales lo contactará a la brevedad.